El Movimiento de Mujeres por la Vida, agrupó a mujeres de distintas organizaciones, con el fin de actuar como una sola fuerza opositora a la dictadura. Conformaron este grupo personas de distintas militancias políticas, sin militancia y mujeres que cooperaban en el Arzobispado, entre otras. Las acciones de la Coordinadora se centraron en hacer manifestaciones visibles, en espacios públicos, masivas y por sobre todo creativas y pacíficas.